Sun Apr 26, 2020 10:00 AM EDT
Amada Palabra Manifestada:
¡Podremos pensarlo!, la misma Columna de Fuego que descendió sobre aquellos hombres que escribieron la Biblia, es la misma Columna de Fuego que escuchamos cada día, interpretándonos todos los misterios de la Biblia: ¡La Palabra de Dios Manifestada!
Dios se había velado a Sí Mismo en Sus profetas de la antigüedad para hablarles Sus Palabras. Eso es lo que Él había hecho entonces. Pero en nuestro día, nuestro profeta, William Marrion Branham, fue la Palabra viva para el pueblo, velado por la Columna de Fuego.
La unción es una persona. La palabra Cristo significa un ungido (¿ven?), “el ungido”. Por tanto, Moisés fue el Cristo en sus días, él era el ungido. Jeremías fue el Cristo en sus días, teniendo una porción de la Palabra para ese día.
Dios interpreta Su Propia Palabra. El Hermano Branham Las habló; Dios Las interpretó. Él tenía la Palabra. ¡No un grupo, William Marrion Branham! Dios tiene a UN HOMBRE. Él no puede tener dos o tres mentes diferentes con ideas diferentes. Él toma a UN HOMBRE, y él llega a ser la Palabra viva de Dios velada detrás de carne humana.
Pequeñitos, ya no estamos detrás de ese velo. Dios ha venido a plena vista de Uds. ¡El viejo velo denominacional y tradicional ha sido rasgado de la Palabra de Dios, para que Ella pueda ser manifestada! En este último día, ese velo tradicional ha sido rasgado, y aquí está la Columna de Fuego. Aquí está Él, manifestando la Palabra para este día. El velo está rasgado.
Fíjense en esas cintas a medida que salen, observen cada una, cómo la cosa ha venido siendo más clara y más clara; si Uds. tienen oídos para oír (¿ven?), ojos para ver.
Eso es lo que aún hoy ciega a la gente. Ellos quieren decir que creen que el profeta de Dios trajo la Palabra, pero ahora esa unción está sobre otros para guiarnos, no el profeta.
El profeta nos dijo que Dios no puede quebrantar Su Palabra. En los últimos días, esto tiene que ser lo mismo otra vez. Dios no puede cambiar Su manera, ni cambiar Su Palabra. Él dijo que Él no cambia. Él siempre ha enviado a Sus profetas no solo para traer Su Palabra, sino para guiar a Su Novia.
Como fue hecho en cada edad, la Deidad velada en carne humana. Fíjense, Él lo hizo. Los profetas fueron Deidad, velada. Ellos fueron la Palabra de Dios (¿verdad que sí?) velados en carne humana. Así que, ellos tampoco vieron nuestro Moisés (¿ven?), a Jesús.
Ahora no es solo una Palabra escrita para nosotros, es una realidad. Nosotros estamos en Él. Ahora estamos disfrutando. Ahora Le contemplamos. Ahora Le vemos, la Palabra, manifestándose a Sí Mismo.
Entonces nosotros llegamos a ser parte de Él. Somos el velo que lo vela a Él. Somos parte de Él, siempre y cuando Cristo esté en Ud., como Cristo era de Dios.
Somos el templo donde Cristo está detrás del velo de nuestra piel humana. Somos epístolas escritas, la Palabra escrita. Somos la Palabra que ha sido escrita, hecha manifiesta.
Y cuando Uds. ven la Palabra manifestada, Uds. ven al Padre, a Dios, porque la Palabra es el Padre. La Palabra es Dios. Y la Palabra, manifestada, es Dios mismo tomando Su Propia Palabra y manifestándola entre creyentes. Nada puede hacerla vivir sino los creyentes, solamente los creyentes.
Dios, velado en carne humana, hablando y revelándonos Su Palabra día tras día. Dios en carne humana viviendo en cada uno de nosotros.
El Hermano Joseph Branham
Mensaje: Develando A Dios – 64-0614m
Hora: 12:00 p.m. (hora de Jeffersonville).
*Recuerde que terminó el horario de verano.