Sun Apr 26, 2020 10:00 AM EDT
Amados Santos con Vestiduras Blancas:
Cuando oímos la Voz de Dios hablarnos, algo sucede en lo más profundo de nuestra alma. Todo nuestro ser se transforma y el mundo que nos rodea parece desvanecerse.
¿Cómo se puede expresar lo que está sucediendo en nuestros corazones, nuestras mentes y nuestra alma, cuando la Voz de Dios revela Su Palabra con cada Mensaje que escuchamos?
Así como nuestro profeta, sentimos que somos arrebatados al tercer cielo y nuestro espíritu parece abandonar este cuerpo mortal. No hay palabras para expresar lo que sentimos mientras Dios nos revela Su Palabra como nunca antes.
Juan fue llevado a la isla de Patmos y se le pidió que escribiera lo que había visto y lo pusiera en un libro llamado Apocalipsis, cubriendo las edades. Esos misterios han estado ocultos hasta que nos fueron revelados por medio de Su séptimo ángel mensajero elegido.
Entonces Juan oyó esa misma Voz arriba de él y fue arrebatado al tercer cielo. Esa Voz le mostró las edades de la iglesia, la venida de los judíos, el derramamiento de las plagas, el Rapto, el Regreso, el Milenio, y el Hogar Eterno de Sus Salvos. Él lo llevó arriba y le ensayó todo a Juan tal como Él dijo que lo haría.
Pero, ¿a quién vio Juan cuando vio el ensayo? Nadie en realidad lo sabía hasta hoy.
Lo primero que él vio en la venida fue a Moisés. Él representaba a los santos muertos que resucitarían; todas las seis edades que durmieron.
Pero no solo Moisés estaba de pie allí, sino también Elías.
¿Quién era aquel Elías que estaba de pie?
Pero allí estaba Elías; el mensajero del último día, con su grupo, de los transfigurados, los Raptados.
¡GLORIA...ALELUYA!... ¿a quién vio Juan allí de pie?
Nada menos que al séptimo ángel mensajero de Dios, William Marrion Branham, con SU GRUPO TRANSFIGURADO, RAPTADO...¡CADA UNO DE NOSOTROS!
Elías representó al grupo trasladado. Recuerden, Moisés fue primero, y luego Elías. Elías habría de ser el mensajero del último día, que con él y su grupo vendría la resurrección… vendría la… pues, vendría el Rapto, quiero decir. Moisés introdujo la resurrección, y Elías introdujo al grupo Raptado. Y, allí, ambos estaban representados allí mismo.
Hablar de develar, revelar y Revelación.
¡Aquí está! Lo tenemos aquí mismo con nosotros ahora, el Espíritu Santo, Jesucristo, el mismo ayer, hoy, y por los siglos. Uds.… Está predicándoles a Uds., está enseñándoles a Uds., está tratando de que Uds. vean lo que es correcto e incorrecto. Es el Espíritu Santo mismo hablando a través de labios humanos, operando entre seres humanos, tratando de mostrar misericordia y gracia.
Nosotros somos los Santos de Vestiduras Blancas que su ángel vio venir de toda la tierra para comer el Pan de Vida. Estamos comprometidos y casados con Él y hemos sentido Su beso de compromiso en nuestro corazón. Nos hemos comprometido con Él, y solo con Su Voz. No nos hemos contaminado ni nos contaminaremos con ninguna otra voz.
La Novia se está preparando para subir como lo hizo Juan; a la Presencia de Dios. Seremos arrebatados en el Rapto de la Iglesia. ¡Eso cautiva nuestras almas!
¿Qué nos revelará Él a continuación?
Los juicios, la piedra cornalina y lo que representa, el papel que desempeñó, jaspe y todas las diferentes piedras. Él llevará todo esto a través de Ezequiel, regresando a Génesis y volviendo a Apocalipsis, baja a la mitad de la Biblia y lo conecta; todas estas piedras diferentes y colores.
Es el mismo Espíritu Santo, el mismo Dios, mostrando las mismas señales, las mismas maravillas, haciendo lo mismo tal como Él lo prometió. Es la Novia de Jesucristo preparándose para oír Su Voz.
Los invitamos a entrar con nosotros a lugares celestiales a las 12:00 p.m. (hora de Jeffersonville), para oír a Elías, el mensajero de Dios para esta última edad, revelar misterios que han estado ocultos a través de las edades.
El Hermano Joseph Branham
Mensaje: Apocalipsis Capítulo Cuatro, Parte I (60-1231)
• Por favor, recuerden nuestro Mensaje de Año Nuevo, el martes por la noche: La Lucha (62-1231). No hay mejor manera de empezar el Año Nuevo.