Querido Uno de Ellos:
¿Qué hicimos el domingo pasado? Nos reunimos en nuestras Casas de la Cintas, todos orando en Su Nombre. Fuimos bautizados con el Espíritu Santo cuando llegó el poder de esa Voz. Lo que Él hizo por ellos ese día, lo hizo por nosotros de igual manera. Estamos muy contentos de poder decir: SOMOS UNO DE ELLOS.
¡Que descanso! ¡Qué paz! Qué seguridad tiene Su Novia cuando lo escuchamos hablarnos y decirnos que somos Su Novia Perfecta y que estamos en Su Voluntad perfecta. No hay otra manera, no hay otra voz, ningún otro mensaje que pueda perfeccionar a Su Novia excepto Su Voz hablando por medio de Su mensajero vindicado de la hora.
Los incrédulos, que no tienen una revelación completa, dicen: “Están atribuyéndole mucho al hombre; denle la gloria a Jesús". LO HACEMOS, puesto que creemos que no es un hombre al que estamos escuchando y no le estamos dando la gloria a ese hombre, sino que es Jesucristo hablando por medio de Su mensajero vindicado y le estamos dando toda la gloria a ÉL. Él nos ha revelado que es ÉL una vez más, hablándole a Su Novia por medio de labios humanos como Él prometió que lo haría.
Así fallamos nosotros esta noche, queremos poner toda la gloria y a Cristo por allá en otra edad. La Biblia dice: “Él es el mismo ayer, hoy, y por los siglos”. Él está igual aquí en este edificio esta noche como cuando Él caminó en Galilea o Jerusalén.
Cuando un hombre predica y dice: “No tienen que creer cada Palabra de esas cintas, el profeta cometió errores, él mismo lo dijo y se los podemos mostrar. Era diferente cuando Dios hablaba por medio de él y cuando él expresaba sus propios pensamientos o ideas”.
Cuando un hombre se para y dice que es ministro, el pastor de una iglesia en alguna parte, y él no cree que Jesucristo es el mismo en todo detalle (con excepción del cuerpo físico), el mismo ayer, hoy, y por todos los siglos, esa es la simiente de discrepancia.
¡El mismo en todo detalle! Entonces, algún HOMBRE les dirá que hay errores en lo que él dijo, pero ¿por el poder y la unción del Espíritu Santo en él, les dirá qué es y qué no es la Palabra? NO, PARA MÍ NO LO HARÁ. El Ángel del Señor le dijo a Su profeta: "Logra que la gente TE crea". Y lo hacemos, cada Palabra. Él dijo:
¡En el Nombre de Jesucristo! No le añadan una sola cosa. No quiten, pongan sus propias ideas en Ella. Uds. sólo digan lo que dice en esas cintas. Uds. sólo hagan exactamente lo que el Señor Dios ha ordenado hacer. No le añadan.
Cuando Dios habla la Palabra, no necesita que ningún hombre ni mujer, ni nadie más, diga lo que Eso significa. Dios quiere decir exactamente lo que Él dice que quiere decir. Pero no quieren apoyarse en lo que la Palabra dice, quieren apoyarse en su propia prudencia. Quieren apoyarse en lo que dice algún ministro en lugar de lo que dijo Dios. La Escritura nos dice que estaban velados.
El profeta nos dijo que las Escrituras se repiten. Como fue en los días de Sodoma y Gomorra, así es hoy. Como fue en los días en que Jesús estuvo aquí en la tierra, así es hoy. Como fue en los días en que Su profeta estuvo aquí, así es hoy.
Cuando el Hermano Branham estuvo en Tucson, Arizona, durante tres años, los ministros nunca lo invitaron ni una vez a predicar en su púlpito. ¿Por qué? Él dijo que se reunieron y dijeron que, si algún hombre lo tuviera en su púlpito, excomulgarían a ese predicador.
Hoy en día, cuando dicen con orgullo: “Somos una iglesia de las Cintas. Invitamos a Su profeta a hablar detrás de nuestro púlpito en cada servicio”, ese pastor y esa iglesia son excomulgados.
Pero cuando mi voz sea silenciada por la muerte, todavía se estarán tocando estas cintas, y Uds. reconocerán que lo que yo he dicho ha llegado a cumplirse.
Esto es lo que creemos sobre La Voz que está en Las Cintas:
“Mis ovejas conocen Mi Voz. Para ellas, Mi Voz ha sido probada ser la verdad; ha sido vindicada que sí es Mi Voz”. Ahora, ahora fíjense, ellas no están sujetas a seguir ninguna otra voz. Ellas no lo harán.
“Mis ovejas conocen Mi Voz, mas al extraño no seguirán”.
Así que reunámonos este domingo a la 1:00 p. m. (hora de Jeffersonville) para escuchar Esa Voz que nos dice: No te apoyes en tu propia prudencia (65-0120)
El Hermano Joseph Branham