Querida y amada Novia:
Cuánto hemos disfrutado las arras de nuestra salvación, que son solo nuestro pago inicial. Si las arras son así de maravillosas, ¿cómo será cuando recibamos el pago completo? ¡Será glorioso!
Me gustaría aprovechar esta oportunidad para desearles a cada uno de ustedes y a su familia las más ricas bendiciones del Señor durante esta temporada de festividades.
Que recordemos lo que nos enseñó nuestro profeta. No se trata de Santa Claus y de dar regalos, es un dogma católico. Tampoco se trata de un bebé en un pesebre. Estamos adorando a un Jesucristo resucitado, Dios Todopoderoso, en la Deidad de Su Hijo.
En este día de Navidad, en el momento que usted elija, disfrutemos del regalo más grandioso que se ha dado al hombre; Su Espíritu Santo, a medida que Él habla por medio de Su profeta a Su amada Novia y nos trae el mensaje: El Regalo envuelto de Dios (60-1225).
El Hermano Joseph Branham